domingo, 29 de julio de 2012

El Niágara en bicicleta

Hace pocos días uno de mis compañeros se enfermó y tuvimos una experiencia inolvidable, pero para empezar valdría la pena recordar una canción que me ayudaría a relatar esta historia: El Niágara en bicicleta.

¿Por qué? Bueno porque la aventura para encontrar atención médica digna en este país es más o menos lo que relata esta canción: una completa odisea. La única enfermedad reconocida en el hospital al que fuimos (el mejor en el área) es Malaria que si bien es relativamente común hasta yo que no soy doctora ni tengo la menor idea de medicina sé que no es la única que existe aquí. Resulta que mi compañero comenzó a sentirse mal, a mostrar síntomas graves y fuimos al hospital donde los mismos encargados determinan quién tiene prioridad, por ser blancos entramos primero. Sólo le hicieron un test express de Malaria, pero como dió negativo simplemente fue devuelto a casa como si nada hubiera pasado.

Siguió varios días así y cuando volvimos al hospital de urgencias a la madrugada estaba cerrado. Osea, ni se le ocurra enfermarse fuera de las horas de oficina. Ya cuando conseguimos que nos abrieran las puertas, la enfermera sólo le dió unos medicamentos para aliviar el dolor en el pecho pero la verdad creo que no estaba segura de lo que le estaba dando. Para completar se fue la luz, no había agua para que tomara las pastillas y ni siquiera una cobija para abrigarse.

Cuando por fín llegó el doctor siguió dandole más analgésicos para el dolor pero no tenía ni la más mínima idea de la causa. Es más, cuando intentó aplicarle una inyección necesitó varios intentos para ¨acertar¨.

De acuerdo con la OMS hay 548 médicos en Mozambique a 2010, es decir, 0.3 por cada 10000 habitantes pero afirma que se necesitan al menos 23 (por cada 10000 hab.)para cubrir al menos las necesidades básicas en salud para la población. El problema es que la mayoría de ellos se encuentran en la capital y este país necesita suplir algo más que los límites básicos debido a que la baja calidad de los alimentos, el agua y en general las condiciones de vida es más una desventaja que una ventaja.

Entonces los derechos que tanto se proclaman en el papel, en este caso el acceso a atención, simpplemente no se cumplen. ¿Es que acaso podemos llamarnos países en desarrollo si no le estamos apostando al propio desarrollo de nuestra sociedad, de la gente que cada día se esfuerza en construir país? Es triste reconocer que hay historias más difíciles que la nuestra de personas comunes que merecen pero no tienen acceso a este tipo de libertades.

Si me preguntaran alguna estrategia para alcanzar aquel anhelado desarrollo económico les respondería que la inversión en mejorar las condiciones de vida para prevenir y la atención médica que efectivamente ayude a la gente del común sería un primer paso.

Una señora se desmayó en la fila para hacer un examen

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